Hace dos años y medio creé este blog. Lo creé después de mi segundo intento en completar una maratón, que como en la primera ocasión se quedó en un intento. El título del blog se refiere a estas dos ocasiones en las que me había quedado cerca del 42. Allí había tenido que dejar de correr y terminar a ratos corriendo y ratos andando destrozado y con la sensación de que había sido derrotado por la distancia. Aunque había terminado no había sentido cumplido el reto. Es pues, un título que nace de unas derrotas. Apenas escribí nada en este blog, pero hoy vengo a ajustar cuentas y a escribir el último artículo en el que contaré como por fin conseguí no quedarme cerca del 42.
2.La decisión
Una tarde de julio. Café Victoria. Sacha, Isabel y yo hablamos de futuros retos. Sacha nos dice que al 90% ha decidido correr la Maratón de Bilbao. Es nocturna y quedan casi 4 meses. ¿Y por qué nosotros no nos animamos también? A Isabel le entusiasma la idea. Lo íbamos a pensar, pero ya no había nada que pensar.
3. Preparación
Sacha me habla de Saturnino, un experto maratoniano al que yo conozco porque sigo sus andanzas a través de su blog. Le va a pedir consejo. Poco después Sacha me pasa el plan que Saturnino cree que puede ser bueno para el objetivo que ella y yo tenemos. No hay presión de tiempos, sólo acabarlo corriendo. Lo leo y me parece muy asequible para mis características. Serán 4 días a la semana, con series, cuestas, gomas y dándole mucha importancia a la tirada larga. Ya tengo plan.
Las semanas van pasando y consigo realizar el plan normalmente. Hay días más duros y días más tranquilos. Entreno sólo. A veces a primera hora de la mañana y otras a partir de las diez de la noche. Disfruto viendo como cada día estoy más en forma. Creo que esta vez lo estoy haciendo bien. Sólo un susto. Mi gemelo se queja mucho después de una tirada de 24 km. Temo haberme roto las fibras pero al final se queda en un susto. Tengo mucha suerte de encontrarme con Sonia una amiga médico que me confirma que no está roto y me da las pautas para continuar entrenando. El entrenamiento más duro fueron 8 miles acabando en 4'. El mejor el test de 2*6000 que me confirmo que podría correr el maratón en 5' 30'' aunque al final salió una media un pelín superior..
4.El equipo
Cuando uno acaba una maratón se da cuenta de que importante han sido todos los detalles, todos los aplausos, los gestos y las caras de alegría
.
A Bilbao fuimos Sacha que viajó el día antes para estar con su familia, Isabel que al final corrió la Media y aplazó el reto de la Maratón, su marido y mi buen amigo Jesús, Chusa, Juan Carlos, César y Encina. Todos ellos y la familia de Sacha, su madre Teresa, Noemí, Jorge ,José, Victor y Jokím y como no la pequeña Anne. La compañía de todos ellos en Bilbao fue para mi inolvidable.
Recogiendo los dorsales en la feria del corredor.
5. La carrera
Siempre pensé que estar en la línea de salida ya era para mi una meta. Completar los entrenamientos, viajar a Bilbao y comenzar la maratón me hacía ya muy feliz. Y allí estábamos los tres del Victoria y Juan Carlos y César. Teníamos objetivos distintos,camisetas distintas, eramos de tres escuelas de running distintas pero en aquel momento eran mi equipo...y aún no me podía imaginar de que manera lo eran. Llovía en Bilbao y aunque al principio la idea podía resultar romántica yo no estaba para épicas, quería acabar mi primera maratón. La salida era por cajones. El nuestro era el cuarto y ya habían pasado 7 minutos y medio desde que el reloj empezara a correr cuando salimos nosotros.
Los primeros kilometros los hicimos tranquilos los cinco. Bajo una lluvía llevadera César ponía la marcha, nos llevaba a un ritmo adecuado. No tener que preocuparme por eso fue importantísimo. Juan Carlos ponía la motivación. Sus comentarios me ayudaban a creer en mi. La aparición inesperada de nuestro equipo de apoyo en una de las calles para animar fue un empujón en esos primeros km.
Al principio los kilometros pasaron muy deprisa y pronto ya habíamos recorrido los 10 primeros. Me notaba fuerte pero no conseguía quitarme de la cabeza el momento en el que estuviese cerca del 42. Poco después Isabel decide bajar el ritmo. Quiere completar tranquila su Media Maratón. Fue muy emocionante cruzarnos poco después con ella en un lugar donde se cruzaban corredores que iban con otros que volvían. Era la última vez que la veríamos hasta el final de la carrera.
Los kilometros siguieron cayendo y la primera vuelta tocaba a su fin. Con ella terminaba la compañía de Juan Carlos y César. Y buena parte de la culpa de llegar allí con muy buenas sensaciones se la debíamos a ellos.
Nos quedamos Sacha y yo y ahí empezaba una nueva carrera porque de ir acompañado por multitud de corredores nos quedamos sólo 500 maratonianos y el cambio fue total. Poco después la aparición de nuestro equipo de apoyo fue esencial. Muchísimos gritos de ánimo de la familia de Sacha y una aportación esencial y es que sólo nos daban agua en vasos, pero allí teníamos a Chusa con una botella de agua que nos acompañó muchos kilometros y con los geles que nos tomamos para derribar el muro. Ahora nos tocaba a Sacha a mi completar la faena.
Y empezó una impresionante demostración de fuerza y generosidad de Sacha...simplemente Sacha. Ella que había completado una preparación perfecta, que estaba en un estado de forma pletórico, que es una fuerza de la naturaleza se quedaba conmigo en lo que para mi ha supuesto una lección que tendré siempre grabada.
Yo no podía de quitar el miedo a volver a pinchar y eso y los dolores que aparecían cuando subíamos un poco el ritmo me hizo ser prudente. Sin duda era la hora de Sacha. Ella podía haber tirado a un ritmo más cómodo para ella lo que le hubiese supuesto hacer una marca quizá 15 minutos mejor...Ni que decir tiene que en su compañía yo me crecí y a nuestro ritmo constante íbamos adelantando a corredores continuamente.
En la parte más dura , una zona oscura en un polígono, a Sacha se le ocurrió que pensáramos en un deseo hasta que saliésemos de allí. Eran los km que iban del 28 al 36. Allí era fácil claudicar pero el impulso de pensar no sólo en uno, sino en varios deseos amenizó el trayecto y salí de allí sano y salvo. Un km después en el 37 sabía que esa vez no me iba a quedar cerca del 42. Apreté la mano de Sacha y empecé pensar en lo orgulloso que el niño que fui con 12 años estaría de lo que estaba haciendo con 39 . Lo iba a conseguir y estaba feliz...
A falta de dos km había reservado fuerzas para incrementar el ritmo y poder regalar a Sacha una velocidad a su altura, pero el esfuerzo y la humedad hicieron que aparecieran calambres que me hicieron ser otra vez cauto. Continuamos a la misma velocidad y a falta de 200 metros volvieron a aparecer nuestros escuderos César y Juan Carlos para darnos el último empujón. Última curva y 100 metros de la recta más feliz de mi vida como corredor.
Y allí estaba Enci, mi Enci llena de felicidad. Puede que nunca corra una maratón pero es una parte imprescindible en cada uno de mis humildes logros deportivos. Sin su comprensión, cuidados y apoyo sería imposible. Y sé que algún día yo seré el que espere feliz alguno de los suyos.
Y no me olvidaré de la alegría de Chusa, nuestra gran amiga que nos acompañó en esta aventura.
Ni de la de Isabel una persona especial, muy especial que acababa de correr una nueva Media Maratón pero estaba feliz por nosotros. Ella fue sin duda parte del equipo y espero que volvamos a hacer equipo muchas más veces.
Ni de Jesús y nuestro choque de manos
Ni de Teresa, Noemí, Jorge, José, Victor, la pequeña Anne y su amigo Jokín, una familia que hace entender mejor todo.
Ni de Juan Carlos y Cesar que sabían de lo importante que había sido ese improvisado equipo...
Y allí estaba yo...En el 42...esta vez si que había llegado al 42...
PD Durante la segunda parte de la prueba cuando ya sólo estábamos Sacha y yo, la gente de Bilbao nos animaba al grito de ¡Aupa neska!..Yo creí que neska significaba en euskera corredores o algo así pero luego me enteré que significaba chica...iban por Sacha...pero resumen lo que fue para mi esta carrera...¡Aupa Neska!
Es difícil expresar la gratitud que siento por su comportamiento y la lección que aprendí en esta carrera con ella. Sacha es de las personas de las que se puede presumir tenerlas como amigas y sentirse muy afortunado porque se haya cruzado en tu camino...
Y más gracias....
Mucha gente no estuvo en Bilbao y por eso quiero dar las gracias...
A Jorge porque sin estar estuvo y vaya si estuvo.
A Santi y Albertín que cada vez que se acordaron de mi (y sentí que fueron muchas en esas casi 4 horas) me estaban dando fuerzas.
A Sonia por su aparición milagrosa.
A Raquel y Óscar porque aunque corriese vuestra gran amiga Sacha también os acordabais de mi.
A Saturnino porque sin conocernos me aportó mucho.
A mi familia muy pendiente desde León.
A los 59 personas a las que en Facebook les gustó la foto de la llegada.